¿Con visual o sin visual?

¿Con visual o sin visual?

El término puede sonar muy actual, pero a lo largo de toda la historia de la humanidad ha existido desde que los mercaderes exhiben su cosecha en el mercado hasta las grandes cadenas de tiendas ponen las colecciones en sus tiendas.

El VIM (visual merchandising) es una actividad que siempre se ha realizado, pero lo mejor de todo es cuando esta actividad se domina y se hace parte de la estrategia comercial de la marca. No existe VIM si no hay estrategia detrás que lo pueda justificar, no podemos improvisar en las tiendas eso sería complejo y sin valor agregado a la marca.

La consistencia es un factor determinante para el Store Concept que surja a lo largo de las marcas, cada espacio, cada exhibición debe ser medida en sus resultados. Pero no cometamos el error de solo dejarle al VIM la responsabilidad de unas buenas o malas ventas.

Cada producto o categoría de productos tiene su historia y su desempeño, pero con el enfoque visual que VIM otorga enriquece y potencializa las ventas generadas por el artículo por si solo. Esto nos justifica el escaparatismo armado de acuerdo al producto, el visual merchandising enfocado a los resultados de venta y la ejecución del staff de tiendas.

Hay que lograr que los clientes se vean envueltos en una atmósfera propicia y placentera, haciendo que pase más tiempo en la tienda viendo lo que no buscaba. Encontrando en la marca un remanso donde pasarla bien sin complicaciones y teniendo una experiencia de compra shopping experience satisfactoria y sobre todo presumible con sus amigos.

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